La limpieza con hilo dental es una parte
esencial para una buena higiene bucodental. Es necesaria para eliminar la placa
que hay entre los dientes, en zonas donde el cepillo no puede acceder, ayudando
así a prevenir enfermedades de encías y la caries.
La placa que no se elimine con un buen cepillado ni con la limpieza interdental, podría convertirse con el tiempo en cálculo o sarro, pudiendo llegar a aparecer enfermedades gingivales o incluso periodontales.
La gingivitis es una inflamación e infección que si no se trata puede agravarse y producirse una periodontitis que puede derivar en una pérdida de los dientes al destruir el hueso que los soporta.
Para una higiene óptima, aparte de la seda dental, podemos utilizar los cepillos interproximales, eligiendo la medida que necesitemos según nuestro espacio interdental.
Antes del uso de cualquiera de estos productos, tanto de la seda como de los cepillos interdentales, es recomendable preguntar a un especialista sobre el manejo de estos, ya que un uso inadecuado también puede dañar las encías.
La técnica perfecta de uso del hilo dental es:
La placa que no se elimine con un buen cepillado ni con la limpieza interdental, podría convertirse con el tiempo en cálculo o sarro, pudiendo llegar a aparecer enfermedades gingivales o incluso periodontales.
La gingivitis es una inflamación e infección que si no se trata puede agravarse y producirse una periodontitis que puede derivar en una pérdida de los dientes al destruir el hueso que los soporta.
Para una higiene óptima, aparte de la seda dental, podemos utilizar los cepillos interproximales, eligiendo la medida que necesitemos según nuestro espacio interdental.
Antes del uso de cualquiera de estos productos, tanto de la seda como de los cepillos interdentales, es recomendable preguntar a un especialista sobre el manejo de estos, ya que un uso inadecuado también puede dañar las encías.
La técnica perfecta de uso del hilo dental es:
1. Cortamos un trocito de hilo de aproximadamente 40 cm y enrollar cada extremo
en el dedo corazón de cada mano, dejando de 3 a 5cm para pasar entre los diente; sujetamos
el hilo con firmeza y vamos enrollándolo conforme lo vayamos ensuciando.
2. Pasamos la seda entre los dientes con movimientos muy
suaves. Nunca debemos meter el hilo bruscamente ya que podríamos dañar la
encía.
3. Cuando el hilo dental llegue a las encías lo doblamos
haciendo una C y lo deslizamos cuidadosamente.
4. Frotamos el lateral del diente suavemente, y realizamos
movimientos ascendentes y descendentes hasta sacarlo.
5. Repetimos esto en todos los dientes, sin olvidarnos de
incluir la parte trasera del último diente.
Aunque parezca muy complicado, es más fácil de lo que parece, como podréis comprobar en el siguiente vídeo publicado por el Ilustre Consejo de Colegios Oficiales de Odontólogos y Estomatólogos de España
Aunque parezca muy complicado, es más fácil de lo que parece, como podréis comprobar en el siguiente vídeo publicado por el Ilustre Consejo de Colegios Oficiales de Odontólogos y Estomatólogos de España
Aunque el cepillado de dientes esté más extendido, no
deberíamos pensar en el uso del hilo dental como algo optativo o secundario, el
hilo dental debe complementar siempre al cepillado.
Por: Patricia Urbán Pascual, Técnico Superior en Higiene
Bucodental