viernes, 19 de junio de 2015

TRATAMIENTO DE LA DIARREA

Tras las múltiples consultas que nos han hecho últimamente sobre el tratamiento de las diarreas nos hemos decidido a escribir este post.  Queremos aclarar muchas dudas sobre pautas y remedios
que antiguamente se consideraban beneficiosas y se recomendaban, pero que, hace tiempo, se ha visto que no lo son y que incluso pueden resultar contraproducentes.

Aunque la diarrea es una de las principales causas de muerte a nivel mundial por suerte en nuestro país, así como en el resto de países desarrollados, las diarreas no suelen ser graves. Y es que la muerte por diarrea está estrechamente asociada a la deshidratación, malnutrición y calidad del agua.
Así pues, es importante no alarmarse puesto que las diarreas tanto en niños como en adultos suelen curar de manera espontánea en pocos días, aunque en los más pequeños se puede prolongar hasta una o dos semanas.

¿Qué hacer ante una diarrea?

Lo primero que se debe hacer es hidratarse bien, hay que tener en cuenta que la deshidratación suele ser más frecuente en niños más pequeños y personas mayores, por lo que hay que tener especial cuidado en estos casos.

Para ello hay en la farmacia sales de rehidratación oral que contienen las cantidades adecuadas (recomendadas por la OMS) de sales y agua. Hay distintos formatos que se adaptan a las necesidades de cada uno.

Existen sobres para preparar la solución con agua, en este caso es importante respetar la cantidad de agua necesaria para prepararlas según la marca.

También existen soluciones ya preparadas  de distintos sabores para que resulten más apetecibles a los niños (y no tan niños) y soluciones de sabor neutro y de baja osmolaridad para los más pequeños.

Tradicionalmente se han utilizado distintos refrescos y bebidas para deportistas con el fin de  tratar la deshidratación. Estas bebidas no deberían utilizarse con este fin puesto que sus fórmulas no están adaptadas para reponer la perdida de electrolitos en caso de diarrea. Además algunas de ellas contienen gas que puede aumentar los retortijones y el malestar. Por otra parte suelen llevar cantidades muy elevadas de azucares.

También se suelen usar preparaciones caseras, pero es difícil hacerlas siguiendo las proporciones adecuadas de agua y sales.

De forma orientativa habría que administrar 10 mL de solución por kilo de peso tras cada diarrea y se debe hacer a sorbos pequeños, sobre todo para evitar vómitos.  A un niño que pesa 12 kg habría que darle 120 mL de solución tras cada diarrea y el resto del día seguir hidratándole y alimentándole de forma normal.

Hay que vigilar sobre todo a los niños más pequeños puestos que  los adultos al deshidratarnos sentimos sed y bebemos, sin embargo los niños dependen de nosotros para poder beber por tanto hay que estar pendientes e ir ofreciéndoles  sin forzar.

También se pueden tomar complementos de zinc que reducen un 25% la duración de los episodios de diarrea y se asocian con una reducción del 30% del volumen de las heces. Muchas de las fórmulas de rehidratación oral ya lo contienen.

Los probióticos (bacterias "beneficiosas"), al restaurar la flora normal del organismo y fortalecer el sistema inmune,  también  reducen la duración de las diarreas, hay distintos tipos que han demostrado distinta eficacia frente a determinadas situaciones. Son eficaces también en la diarrea asociada al uso de antibióticos. En la farmacia te ayudaremos a elegir el más conveniente.

Las dietas astringentes y el ayuno, a pesar de que se han recomendado mucho y se sigue haciendo, se ha visto que son contraproducentes  ya que pueden incluso alargar la diarrea.  Lo ideal es empezar a comer en cuanto se tenga hambre y seguir el sentido común, es decir, no tomarse por ejemplo un plato de cocido, pero sí se puede tomar pasta, pescados, carnes magras, frutas….  Hay que evitar los alimentos ricos en grasa y en azúcar.

En cuanto a los lácteos, tampoco tienen por qué restringirse, es verdad que se puede producir una intolerancia a la lactosa como consecuencia de una diarrea, pero solo suele darse en caso de diarreas prolongadas. Por eso los niños que solo se alimenten con leche materna o artificial deben seguir haciéndolo como normalmente. No es necesaria, salvo en determinados casos la compra de leche sin lactosa.

No se deben tomar tampoco antibióticos sin prescripción médica, ya que la mayor parte de las diarreas son de origen vírico y el uso de antibióticos no hará más que empeorarla.
Existen medicamentos para “cortar” la diarrea, que en determinadas ocasiones pueden ser muy útiles, pero hay que tener en cuenta que no se pueden usar en todos los casos y que muchos no están indicados en niños. Lo ideal ante la toma de cualquier medicamento es  consultar con su médico o farmacéutico.

En el caso de fiebre se puede tomar paracetamol.

En el caso de que las diarreas sean muy frecuentes o cuando vienen acompañadas de vómitos la rehidratación oral puede ser complicada y se puede llegar a una deshidratación, por ello ante cualquier síntoma de alarma, sobre todo en lactantes, es aconsejable acudir al médico que valorara si se debe comenzar la rehidratación intravenosa.

Los síntomas más evidentes de deshidratación son los siguientes:

  • Boca seca y pastosa.
  • Ojos hundidos y sin lágrimas en caso de llanto.
  • Desaparecen las ganas de orinar y si se hace se hace la cantidad de orina es muy reducida.
  • Apatía, es decir, decaimiento, cansancio extremo…
  • En los casos más severos se observa el llamado “signo del pliegue”, es decir al pellizcar un trocito de piel y soltarlo se queda un pliegue.
  • Un niño que está contento, juega, orina con normalidad o llora con lágrimas no está deshidratado.


Para evitar el contagio entre personas es importante lavarse escrupulosamente las manos después de ir al baño y antes de preparar la comida.

Espero que con este post hayáis aprendido un poquito más sobre las diarreas y sobre todo como llevarlas mejor. Recuerda que en caso de diarreas muy duraderas, vómitos muy frecuentes, fiebre muy alta, dolor abdominal agudo, síntomas de deshidratación, sangre en heces o cualquier otro síntoma que te pueda parecer sospechoso lo ideal es consultar con un profesional de la salud.

miércoles, 3 de junio de 2015

EL FACTOR DE PROTECCIÓN SOLAR (FPS)

El FPS nos informa exclusivamente de la PROTECCIÓN FRENTE A LOS UVB que son los responsables de las quemaduras solares y de la aparición del eritema solar. También desencadena la pigmentación duradera de la piel al estimular la formación de nueva melanina.


El FPS es un número que indica el número de veces que el fotoprotector aumenta el tiempo que tarda en aparecer el eritema (enrojecimiento) en la piel.

Si por ejemplo una persona puede permanecer al sol 10 minutos sin que aparezca enrojecimiento, al utilizar un fotoprotector  FPS 30 podrá permanecer en condiciones ideales 30 x 10 = 300 minutos.

Cuando hablamos de condiciones ideales nos referimos a:
  •  Aplicarse la cantidad suficiente de crema, es decir, 2 mg de producto por centímetro cuadrado de piel (aproximadamente unas 6 cucharaditas de café para todo el cuerpo)
  • Hacerlo 30 minutos antes de la exposición solar sobre la piel seca.
  • Reaplicarlo como mínimo cada 2 horas.

El sudor, los baños, el roce con la toalla… reducen también la protección.

PROTECCIÓN FRENTE A LA RADIACIÓN UVA

La radiación ultravioleta A es la desencadenante de la pigmentación inmediata o directa de la piel al oxidar la melanina ya existente que se obscurece dando el tono bronceado de la piel. También es responsable de las alergias solares, del fotoenvejecimiento prematuro (arrugas, manchas) y del cáncer de piel.

No existe en la actualidad un consenso para la medida de la protección frente a las radiaciones UVA, pero los productos que protegen frente a los rayos UVA vienen acompañados de este símpolo:

PROTECCIÓN FRENTE A LA RADIACIÓN IFRARROJO-A

La radiación infrarroja es la responsable del calor que nos da el sol. Se divide en IR-A, IR-B e IR-C. La radiación IR-A penetran en capas profundas de la piel aumentando la destrucción del colágeno y disminuyendo su síntesis lo que se traduce en perdida de la elasticidad de la piel y formación de arrugas profundas. Además, la radiación IR-A, según indican algunos estudios, podría tener otros efectos nocivos que aún no se han demostrado.


En la actualidad no existe un método recomendado para su medida. Sabremos que un fotoprotector protege frente a los rayo IR cuando en su etiquetado aparezca IR-A